06 mayo 2010

Vacuna inhalable

El sarampión es una enfermedad que nos parece muy lejana, una molestia que se evita pinchando a los niños cuando son pequeños. Pero esta "molestia" aún mata a un millón de personas al año. Aunque gracias a las campañas de vacunaciones sigue disminuyendo su incidencia.

Sin embargo las propias vacunas pueden traer otros problemas asociados por el uso de las jeringuillas. Es fácil llegar a la conclusión de que si en estos lares, supuestamente muy avanzados, hay probabilidades de transmitir enfermedades por jeringuillas mal usadas; imaginaros en países donde la electricidad o el agua corriente son un bien de lujo.

Unos investigadores de la Universidad de Colorado han creado un dispositivo, como el de la foto, para vaporizar la cantidad adecuada de muestra de virus que logre ser equiparable a aquella presente en las vacunas actuales. El invento crea una burbuja de dióxido de carbono donde se alojará toda la química necesaria. Se acerca a la nariz del paciente, se aprieta y poco más. Vacuna lista.

Con un precio equiparable al actual por persona (algo muy importante para los lugares a los que está pensado) y con posibilidades de servir para otras vacunas como las de la tuberculosis o el cáncer cervical me parece una grandísima idea para seguir cambiando el futuro de muchos lugares. Y, ya de paso, lograr que los niños le tengan menos miedo al médico.

2 comentarios:

  1. Se mata dos pajaros de un tiro pero desde luego es una gran adelanto para que no se utilicen jeringuillas en lugares en donde el contagio puede ser avanzado...por cierto a algodonales subimos por ardales, tebas, almargen y luego olvera pero a la vuelta salimos por campillos antequera...Un beso churrin...

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  2. Me parece fenomenal. :-)

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