06 junio 2007

Lo que nos perdemos

Desde hace un tiempo le he cogido gustillo a eso de hablar con gentes de otras partes del mundo. Me gusta comprobar las diferencias (y a la vez semejanzas) a la hora de ver las cosas que nos rodean.

Desde hace un par de años he desmontado algunos mitos que tenía establecidos y he encontrado otros nuevos. Por ejemplo, me he dado cuenta de lo equivocado que estaba respecto a los alemanes y a los franceses.Los primeros para mejor y los segundos para peor.

De los alemanes tenía la impresión de que eran aburridos, que no sabían divertirse, que solo sabían trabajar, que eso de salir a tomar una caña era cosa de los mediterraneos y que no tenían ni idea de cocina. Sin embargo me encontré con la grata sorpresa de que nada de eso era cierto. La verdad es que saben divertirse muy bien, en realidad creo que mucho mejor que nosotros porque tienen muchas más formas de hacerlo. Sí es verdad que nosotros salimos más que ellos (bueno, lo dice un andaluz ;), ellos suelen dejarlo para viernes noche y sábados.
Y con la cocina... si bien es que tienen menos ingredientes de los que nosotros solemos utilizar saben utilizarlos muy bien. Anoche preparé una receta muy sencilla casi exclusivamente a base de patata pero que es deliciosa. También tienen algunos otros platos que iré comentando conforme los vaya preparando. Si quieres conocerlos antes te aconsejo que vayas allí para probarlos. Así, de paso, conoces ese maravilloso país que es Alemania. Y un detalle curioso, probé allí unas fresas que venían de Huelva y estaban más frescas y sabrosas que muchas de las que nos venden aquí.

De los franceses tengo mucho menos que decir. Pero lo poco que tengo que decir no es muy bueno. También es verdad que es como en botica y que tengo varios amigos franceses que son encantadores. No obstante cuando viajas por Francia notas que a la mayoría de ellos no les agradan demasiado los españoles. En realidad creo que solo les gustan los ingleses y los americanos porque se creen inferiores a ellos (esto es una elucubración mía, claro). Y, sobretodo, los francesitos son los niños más mal educados que he conocido nunca (por cierto, si algún mito es cierto es que los alemanes son muuuuuuuy educados y limpios).

En fin, que hay que viajar más, conocer más gente y entender que en este mundo hay mucha gente maravillosa.

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